El rol de la inteligencia emocional en la gestión del talento y el desarrollo de líderes

La inteligencia emocional (IE) —que implica autoconciencia, empatía y regulación emocional— es fundamental para una toma de decisiones efectiva y un liderazgo sólido, más allá de simplemente poseer habilidades técnicas.

Investigaciones de los psicólogos Peter Salovey y John Mayer, respaldadas por avances en neurociencia, demuestran que los líderes con alta inteligencia emocional se comunican mejor, construyen relaciones más sólidas y logran resultados empresariales superiores.

La serie de pódcast de Grovo, con la coach de NeuroLeadership Cindy Edwards, ofrece ideas prácticas sobre cómo desarrollar la IE, incluyendo la autoconciencia, la autorregulación, la conciencia social y la gestión de relaciones, herramientas clave para el éxito en el liderazgo.

¿Por qué las personas altamente inteligentes a veces toman malas decisiones?
Esta pregunta ha intrigado a los investigadores durante décadas. A finales de los años 80, Salovey y Mayer comenzaron a explorar este fenómeno, identificando la inteligencia emocional como un factor determinante. Definieron la IE como la capacidad de reconocer, comprender y gestionar las propias emociones, así como de reconocer e influir en las emociones de los demás.

La conexión entre inteligencia emocional y toma de decisiones
Los líderes enfrentan decisiones complejas todos los días. Sus responsabilidades suelen incluir:

Fomentar la colaboración

Resolver conflictos

Planificar a futuro

Cada una de estas tareas requiere autoconciencia, empatía y regulación emocional, componentes esenciales de la IE. Aunque las habilidades técnicas —como la programación, la gestión de proyectos o la redacción— son importantes para el avance profesional, la inteligencia emocional desempeña un papel crítico en la toma de decisiones acertadas y en el ejercicio del liderazgo efectivo.

La ciencia detrás de la inteligencia emocional
Los estudios de Salovey y Mayer, complementados por descubrimientos recientes en neurociencia, han profundizado nuestra comprensión del impacto de la IE en el entorno laboral. La evidencia muestra que los líderes con alta inteligencia emocional se comunican de forma más eficaz, forman relaciones interpersonales más sólidas y obtienen mejores resultados organizacionales.

Fuente: Cornerstone on Demand