El mapa conceptual: la técnica ideal para analizar contenidos eLearning
¿Es posible encontrar a un asesino a través del análisis de sus escritos? Imagine que es un detective que se enfrenta a la búsqueda del culpable por el asesinato de una joven. No han quedado rastros del crimen, sólo cuenta con una serie de cartas que el principal sospechoso enviaba a su madre y que no contienen información que arroje evidencia alguna. ¿Por dónde empezaría a buscar pistas?
Este es el problema que enfrenta el protagonista de la película El secreto de sus ojos. Pasaron años para que un conocido suyo analizara las cartas e identificara que dentro de los textos se mencionan varios nombres, sin conexión aparente, pero que hacen referencia a jugadores de un famoso equipo de fútbol; descubriendo que esa era su pasión. Nuestro detective supo entonces dónde buscarlo.
Desarmando el rompecabezas
Cuando usted arma un rompecabezas busca construir un todo a partir de un conjunto de piezas. Analizar es hacer precisamente lo inverso. Se tiene un todo y lo que hace es descomponer o separarlo en las partes que lo constituyen. ¿Pero para qué desarmamos? Para saber cómo funciona cada parte, cómo se relacionan entre sí y, a su vez, con el todo.
Analizamos para conocer. Tan simple como eso. Partimos de algo concreto -un todo material-, para llegar a lo abstracto; es decir, todo lo que se puede crear con el pensamiento: conceptos, hipótesis, leyes y teorías.
Usted tal vez no sea un detective en busca de un asesino, pero al revisar un contenido, tiene una intención en la mente: busca conocer y encontrar un sentido.
Analizando contenido en diseño instruccional
En diseño instruccional, el análisis de contenido nos permite conocer y comprender la estructura de la información, sus conceptos y las relaciones que hay entre ellos. Este nos permitirá identificar:
– qué tan significativo es,
– qué tipo de contenido prevalece (declarativo, procedimental o actitudinal-valoral),
– qué vacíos de información existen y,
– qué información debe reacomodarse.
Entonces, el análisis de contenido hará posible establecer una estructura clara y comprensible de la secuencia de la información, nos permite delimitar los objetivos, y en caso necesario, vislumbrar las estrategias de enseñanza aprendizaje que podríamos utilizar.
Desarmando para armar mapas
Ahora mismo y de forma inconsciente, su mente está procesando y almacenando la información que lee en este texto.
Su cerebro está creando un mapa donde le da estructura a los datos a fin de encontrarles un sentido y espacio dentro del conjunto de conceptos e ideas que ya posee. Seguramente le ha pasado que cuando no entiende bien alguna parte del texto, se detiene y la lee nuevamente. Esto lo hace para poder colocarla en algún sitio dentro del mapa mental que está armando, aunque sea de forma provisional.
Los mapas conceptuales
El análisis de contenido en el diseño instruccional se puede realizar mediante diversas técnicas de representación gráfica, como los mapas conceptuales o mentales.
El mapa conceptual, técnica creada por Joseph D. Novak, nos presenta el conocimiento organizado y representado en todos los niveles de abstracción. Esto es que los conceptos más generales e inclusivos están situados en la parte superior y los menos inclusivos, en la parte inferior.
Su mapa le permitirá identificar fácilmente el tipo de contenido que prevalece, ya sea declarativo, procedimental y actitudinal-valoral; así como las relaciones que existen entre conceptos: supraordinados (relaciones jerárquicas), coordinados (relaciones horizontales), subordinados (relaciones verticales).
Construyendo mapas conceptuales
¿Cómo se construye un mapa conceptual? Antes de comenzar, corra y busque cualquier contenido para practicar. Una vez que tenga texto en mano, tome en cuenta los siguientes aspectos:
– Es indispensable distinguir las ideas principales y secundarias del texto.
– Su esquema debe representar fielmente las ideas expresadas en el contenido.
– Debe respetar la jerarquía que existe entre las ideas.
– No incluir datos irrelevantes del tema.
– Ahora sí, a empezar:
Elabore una lista de los conceptos que identifique. Un concepto es la palabra que utilizamos para nombrar la imagen mental de un objeto o un acontecimiento. Por ejemplo, al escuchar los conceptos “automóvil” o “explosión” puede representarlos fácilmente en su mente como una imagen pues son capaces de transmitirle un significado.
Identifique el concepto más importante y general, y ubíquelo en la parte superior del mapa o resáltelo de alguna manera.
A partir del concepto más importante y general, ordene los que son subordinados a él.
Mediante flechas, establezca las relaciones entre los conceptos más generales y los conceptos subordinados (relaciones de jerarquía); y las relaciones cruzadas entre conceptos (relaciones verticales y horizontales).
Elija las palabras “enlace” que relacionan un concepto con otro y colóquelas sobre las flechas.
Con la clasificación realizada, esboce un primer mapa. Elabórelo al menos una vez más para asegurar que no falta ningún concepto.
Encontrando pistas a través de los mapas
En la película, alguien tuvo que reconocer la relación y estructura de los nombres en las cartas a través de un mapa mental revelando que todos eran jugadores de un equipo. Fue esto lo que permitió obtener la pista para localizar al sospechoso.